Un viernes fiesta, y el resultado es... Nepal!
Y la ocasión era bastante buena. Principios de abril, una época con temperaturas muy buenas, y todavía sin ser el monzón... perfecto para ir a por el segundo intento de ver los himalayas, o al menos, algunos de ellos.
No hubo más remedio que coger el vuelo el viernes de madrugada desde Delhi, con dirección a Kathmandu. Bueno, aunque uno de los compañero fue el día anterior. La llamada por la noche ponía las cosas muy feas, en realidad en Kathmandu estaba cayendo el diluvio universal... Bueno, el viaje con Jet Airways muy cómodo, con un buen desayuno... pero muy nublado al llegar, en realidad, no esperaba otra cosa (los meteorólogos pronosticaban mal tiempo el viernes, el sábado y ya el domingo mejor).
Cambio de planes, de acuerdo con los meteorólogos, visitaríamos primero Kathmandu, el sábado Bakhtapur, para terminar durmiendo en Dhulikel, y así poder ir al amanecer a intentar ver alguna de esas imponentes montañas con nieves perpetuas, y seguirlo de un pequeño trekking, para volver a Kathmandu.
En Kathmandu recordaría el precioso Patan, y la durbar square de Kathmandu, para terminar subiendo a la Swayambhunath, también llamado templo de los monos (sí otro más), con sus 365 escaleras (que por supuesto NO conté). Ese viernes, dormiríamos por el módico precio de 300 NPR (2,7 €) por persona y noche.
Preparándose para una huelga
Katmandu
Tejado...
El omnipresente Suzuki-Maruti 800
Policía en Katmandu
Patan
Patan
Patan
Corte de pelo de moda en Nepal
Katmandu
Estupa de Swayambhunath
Viendo Katmandu
Escaleras a Swayambhunath
Al día siguiente, maleta a la espalda, y después de un desayuno en condiciones, nos fuimos a la estación de buses, desde donde salían muy frecuentemente con dirección a Bakhtapur, dicho y hecho 25 NPR (0,23 €), por 1 hora de trayecto. Eso sí, una vez allí, para entrar al centro del pueblo pagas la nada despreciable, y evitable si lo intentas, cifra de 1100 NPR (10 €), pero bueno, todo sea por la conservación de ese espacio!
Desayuno en condiciones
En la cuna...
Autobus a Bhaktapur
Divirtiéndose
Motocarro
Arroz
Cuando ya nos pareció suficiente, y el atardecer se acercaba, nos decidimos a marchar de allí, para coger otro autobús, ahora ya en mitad de la carretera, con destino en Dhulikel, otras 25 NPR, por otra hora de trayecto.
A la llegada a Dhulikel, empezamos a andar en busca de hostel, hasta encontrar a uno con una simpático señor a sus mandos. El resultado: un ambiente familiar con restricciones. 1- No podemos volver más tarde de las 20:30, 2- si queremos pedir desayuno, será todos los mismo (que así es más fácil)...
Nos dimos unas vueltas por la "ciudad", en la que atraídos por música india, nos topamos con un festival indio, resultaban ser varias familias, que una vez al año venían desde Bhaktapur a celebrar algo (no sabemos qué) pero que tras demostrar, parte del grupo, ciertas dotes de baile, nos invitaron muy gustosamente a cenar con ellos, y bueno, como rechazar una oferta así es de mala educación... pues allí que cenamos un rico menú nepalí.
A la mañana siguiente, empezamos por despertarnos bien prontito para ver amanecer en el templo de Kali, a tropecintas escaleras de Dhulikel, como el resto de devotos. El tiempo nublad no dejaba ver ni un solo resplandor de nieve en el horizonte. Bueno, desayuno en un restaurante cercano al templo... y tocaba bajar, para hacer el check out (crasso error), y entonces empezar el trekking paseo hasta Namo Buddha, subiendo otra vez las tropecientas escaleras.
Templo de Kali
Nublado otra vez...
Buda
Familia nepalí
Cabras a cada paso
Autobus
Transportando hojarasca
Nido y madre mirando desafiante
El paseo no estuvo mal, ya que aunque está un poco masificado, sigue manteniendo el encanto de andar (con ese aire tan diferente del de Delhi), tomarte unos chia (a diferencia del chai, indio) y disfrutar de las vistas.
El final del paseo, ya en Namo Buddha, tuvo recompensa: un monasterio budista tibetano en la cumbre de una montaña, impresionante, donde nos dejaron entrar a presenciar uno de sus rezos o clases (o ambas cosas a la vez).
Vistas desde el monasterio
Monasterio de Thrangu Tashi Yangtse
Dentro del monasterio
Estupa en Namobuddha
Estupa en Namobuddha
Y ya solo tocaba comer, antes de coger el autobús de vuelta a Dhulikel,. y como no, lo haríamos en la parte de arriba del autobus, que siempre es más divertido que ir apretado dentro. Bajarnos, y empezar a llover, todo fue una. Cogimos las mochilas, y vuelta a la "estación de autobuses" para volver a Kathmandu... eso si, con la ventana rota y lloviendo... perfecto.
Comida nepalí
Omnipresente chia (dicen chia en vez de chai)
Autobus completo
Desde el autobus
En motocarro
Pero todavía no había acabado... faltaba comernos un solomillo, poco hecho, sin salsas... eso taaaan complicado de encontrar por estos lares!!! Delicioso.
A la mañana siguiente, tuvimos toda la suerte del mundo.
1- Había huelga, que empezaba a las 9.00. Por suerte nosotros teníamos que salir antes... llegamos a pillar el avión un poco más tarde y no tenemos cómo llegar al aeropuerto.
2- Al llegar al aeropuerto, con el tiempo sobre la bocina (o un poco pasado), le pedimos a ver si nos puede poner ventana derecha (ya que estamos...) y nos responde sin hacer ninguna mueca de chiste, que no hay sitios en el avión. Nos explica que el avión que debía venir está estropeado, y que ha venido otro más pequeño... la mitad de nosotros debía quedarse en tierra, y esperar al de la noche... Tras explicarle que trabajamos en Delhi, consigue echar a una pareja del avión, y nos mete a todos. A dos de nosotros nos sube a de clase. Mi asiento: 1A.
Solamente desde el aire conseguí ver la cordillera totalmente nevada... así que me veo gratamente "obligado" a volver a Nepal!!! La tercera sera la vencida??
PD: No se que tiene Nepal, pero me encanta!!
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